«Por fin se acabó«, decía Dani Rodríguez en Twitter una vez finalizada la temporada liguera del Jaén Paraíso Interior FS. Sólo el técnico jiennense y su gente más cercana sabrán realmente lo compleja que ha resultado esta campaña para el preparador amarillo.
El ejemplo más claro está en el momento en el que Dani Rodríguez se sentaba en la sala de prensa para atender a los medios tras finalizar la última jornada con derrota del Jaén FS frente a Córdoba Futsal, aunque evitando el playout.
El entrenador jiennense inició su intervención con agradecimientos, especialmente para «toda la gente que ha venido hoy a animarnos, a los que durante el año nos han hecho llegar su apoyo desde la distancia, en una temporada tan mala en todos los sentidos».
En ese momento, la mente de Dani Rodríguez le presentó todos los recuerdos de un año muy difícil y el técnico amarillo no pudo aguantar las lágrimas. La soledad del entrenador, acuciada por múltiples vicisitudes, afloró cuando el preparador jiennense quiso dar las gracias a jugadores, cuerpo técnico, directivos y a su familia y amigos más cercanos.
Analizando lo que ocurrido en la pista de La Salobreja, Dani Rodríguez sostenía que su sensación era que «el equipo no ha merecido vivir un partido así, es lo que venimos viviendo durante toda la temporada. Tienes el partido dominado, das varios balones al palo, tienes más ocasiones que el rival pero te llegan dos veces y te hacen dos goles. Nos vamos no con la sensación del deber cumplido de otras temporadas. Habría que analizar muchas cosas de porqué hemos llegado a esta situación. Una temporada lamentable en todos los aspectos, dentro y fuera del equipo«.
En conclusión, el entrenador del Jaén FS reconocía que el sentir en el vestuario amarillo era de «un mal sabor de boca porque queríamos brindarle el partido a la afición. La temporada más injusta que recuerdo en los últimos años, no hemos podido competir en igualdad de condiciones con el resto de adversarios».
Pasadas unas horas, y ya en casa, Dani Rodríguez expresó su sentir a través de una carta en redes sociales. El técnico amarillo explicaba que «quien me conoce tan solo un poquito, sabe perfectamente como me siento ahora mismo, y precisamente contento os puedo asegurar que no«.
En un año especialmente difícil a todos los niveles, el entrenador jiennense se dirigía a su familia y amigos: «Me quiero permitir la licencia de agradecer públicamente a mi mujer, a mi hija, a mis padres, a Isabel y a María y a todos mis amigos, el apoyo y el cariño que durante estos meses tan duros he recibido por su parte».
La línea de agradecimientos también se enfocó en la Marea Amarilla «porque hoy de nuevo ha demostrado que ha sido la única que ha estado a la altura en esta difícil temporada y que si hoy en día somos lo que somos ha sido gracias a ellos«.
A sus jugadores y cuerpo técnico agradeció el esfuerzo y trabajo durante el curso, sobre todo por su implicación en «en cada revés que hemos sufrido esta temporada, y han sido unos cuantos, nos hemos levantado con más y más trabajo, pero desgraciadamente no ha sido suficiente, y no ha sido el final de temporada que creo que nos merecíamos».
«Sin vuestra profesionalidad, la temporada hubiera sido pero si cabe, estoy absolutamente convencido, pero hay que aceptar que a veces el trabajo da el fruto que se espera y la temporada ha sido decepcionante y frustrante para todos», añadía Rodríguez.
Y lejos de caer en las excusas, el entrenador del Jaén Paraíso Interior ejerció autocrítica sin titubeos: «No hemos estado a la altura, no hay excusas. Sólo nos queda ser autocríticos, analizar y reflexionar mucho a todos los niveles, pedir perdón porque hay que ser humildes para hacerlo cuando te equivocas, resetear, enfriar la cabeza si se puede, y porque no, valorar más las cosas de lo que lo hacemos muchas veces».
Para concluir, Dani Rodríguez hizo referencia a varios dichos populares con los que resumía la temporada: «Hay refranes que pueden ilustrar perfectamente esta temporada «entre todos la mataron y ella sola se murió», «un querer y no poder» y «el que quiera juzgar mi camino, que se ponga mis zapatos» seguro que hay muchos más pero con estos tres no me equivoco.