Rosa Bárcenas
Dicen que hay que ponerse diferentes sombreros en la cabeza para pensar, y de ese modo el resultado de nuestro pensamiento es más completo, es una forma de decir lo interesante que es vivir una misma situación desde las distintas partes que la componen, y es por eso que me decidí a formar parte del equipo organizador de la UltraTrail Bosques del Sur, un interesante proyecto, un reto, una complicación de vida más…una experiencia única.
He corrido ya algunas carreras por montaña, he participado como voluntaria, también he sido público, y animadora y seguidora de algún participante. He sufrido los nervios previos a salir corriendo en el arco de salida y los nervios de esperar a alguien que llegue a meta. Solo me faltaba esta perspectiva, la de estar al frente de la organización de un evento de este calibre, una interesante propuesta que aterrizó en un momento delicado de mi vida en el que en vez de tender a ‘desenliarme’, que era lo que debía, para variar, me lié más, decisión de la que estoy completamente orgullosa y satisfecha ya que me está permitiendo tejer el eslabón que engarza esa coqueta joya que es el mundo de las carreras por montaña, acompañada y respaldada por un equipo de los de verdad.
No nos hacemos una idea los corredores de lo que hay detrás de un evento así, hasta ahora me había limitado a comprar mi dorsal, correr, gozar de la paella de después y a casa a sufrir los dolores musculares propios de esas bajadas descoyuntadoras por el monte. Jamás imaginé que detrás de cada una de mis zancadas había tantas horas de planificación, de estudio detallado, de trabajo físico y psicológico, tantas horas de entrega por amor a lo que haces por convicción de emplear tu tiempo en algo bonito, dar tu energía tejiendo sueños y retos. Me encanta formar parte de ese puzzle que compone los preparativos para darle forma a esa burbuja que envuelve ese fin de semana Cazorla, atmósfera compuesta de puros nervios e ilusión entre los participantes, de compañerismo, de amistad entre los corredores, los voluntarios, los familiares, los colegas, los compañeros de club.
Estar detrás de todo lo necesario para que todos esos deportistas, el 25 de mayo de 2019, pongan a prueba sus entrenamientos, sus desafíos deportivos, personales y espirituales, recorriendo ese inigualable ecosistema que forma el Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, significa mucho para mí. Cuatro carreras, cuatro distancias, doce meses de trabajo, mil doscientos corredores, doscientos voluntarios, cientos de niños esperando en la meta a sus padres y madres, cientos de padres y madres que acompañan a sus hijos a hacer lo que más le gusta, cientos de parejas que esperan con nervios que todo salga bien y seis persona que no descansarán ni un solo segundo para que todo sea una realidad, Ricardo, Judit, Francis, Mario, Manu y yo misma.
Pura energía lo que allí habrá, solo buenas vibraciones generadas por la química de disfrutar del entorno, mejorar, llegar y celebrarlo. Pura droga que paga el esfuerzo de los que estamos detrás.