El telón de la Liga Nacional Bujarkay de Bolo Andaluz se cerró este fin de semana en la Bolera Municipal de Cazorla, y lo hizo con un resultado que agranda una leyenda histórica: el Club Sierra Cazorla (Cazorla Puente de las Herrerías) ha conquistado su 10ª Liga Nacional consecutiva. La gesta en el deporte autóctono andaluz se resolvió en una intensa segunda vuelta donde el cambio de modalidad y la presión por el liderato fueron determinantes. La cita cerró un campeonato nacional de Liga apasionante en el que participaron siete equipos de distintas provincias, con un nivel de juego altísimo y una igualdad inédita en la parte media y alta de la tabla.
La segunda vuelta de la Liga Nacional Bujarkay 2025, celebrada el pasado fin de semana en la Bolera Municipal de Cazorla, fue el escenario en el que el equipo local volvió a imponer su autoridad. Después de una primera vuelta muy igualada en Onda (Castellón), disputada en la modalidad montaña, donde tres clubes —Sierra Cazorla, Onda y El Ferial— empataban a 10 puntos, la fase decisiva de la competición confirmó el dominio del bloque jiennense.
El Sierra Cazorla – Puente de las Herrerías, integrado por Javi Navarro, Javier Agea Plaza, Jorge Vázquez Ventaja, Luis Miguel Aibar, Javier Agea Poblaciones y Paco Aibar, firmó una segunda vuelta impecable. Venció con solvencia en todos los duelos directos por el título: 8-0 ante Los Reales, 8-4 frente a Onda, 8-1 contra El Ferial y 8-2 ante Villacarrillo, cayendo únicamente en su encuentro frente al Sierra de las Villas. Este rendimiento le permitió sumar 20 puntos y 93 rayas a favor, con una diferencia de +40, y revalidar el campeonato sin dar opción a la sorpresa.
El conjunto cazorleño continúa así una racha legendaria: diez títulos nacionales consecutivos desde 2015 (en 2020 no se disputó debido a la pandemia), en una muestra de regularidad, adaptación y talento que no tiene precedentes en la historia del bolo andaluz.
Por detrás, el Club El Ferial, de La Caleruela, protagonizó también un gran torneo, cerrando la competición como subcampeón con 16 puntos, 86 rayas a favor y una diferencia de +32. El equipo formado por Francis Gómez, Darío García, Ernesto Martínez, Felipe García, Ramón y González Guirado destacó por su equilibrio y capacidad de reacción, ofreciendo partidos muy competidos frente a los rivales directos.
El tercer puesto fue para el Club Sierra de las Villas, de Mogón, que realizó una notable segunda vuelta en la modalidad valle, donde trinfaron claramente, consiguiendo los mismos puntos que los campeones (10), pero un cómputo de rayas superior: 46 por 40 de los cazorleños, que cayeron por 8-0 en su cruce con los mogoneros. Con Antonio Castillo, José Guerrero, Juan López, José Miguel Nieto, Paco Espinosa y Álvaro Cano al frente, los mogoneros acumularon un total 16 puntos y 82 rayas a favor, con una diferencia de +18, superando por rayas al Club Onda, que finalizó cuarto con los mismos puntos.
El Club Onda, con Alejandro Contreras, Cristian Sánchez, José Ramón Contreras, Mario Martínez, Manuel Contreras y Miguel Ángel Moreno, pagó caro el cambio de modalidad. Tras brillar en la fase de montaña en casa, en Castellón, los ondenses no lograron mantener el mismo rendimiento en Cazorla, aunque cerraron la temporada con los mismos puntos que el segundo y tercer clasificado y 81 rayas ganadas, consiguiendo una valiosa cuarta plaza por una sola raya de diferencia con el equipo de Mogón y cinco respecto a los subcampeones.
El Club Los Reales fue uno de los equipos revelación de la segunda vuelta. Mejoró su rendimiento en la modalidad valle, sumando 8 puntos y varios triunfos de mérito frente a rivales directos. Con 58 rayas a favor y 70 en contra, cerró la liga en una meritoria quinta posición, demostrando que puede competir de tú a tú con los grandes.
Por su parte, el Club Vila-real, con 6 puntos y 43 rayas ganadas, no encontró regularidad en ninguna de las dos fases, aunque dejó muestras de calidad individual en varios encuentros. Cerró la tabla el Club Villacarrillo, que no consiguió puntuar, acumulando 31 rayas a favor y 104 en contra, en un año de transición con jugadores jóvenes de su cantera, que esperan su especio en el primer equipo.
La modalidad valle, más técnica y menos explosiva que la de montaña, puso de relieve la precisión y la estrategia de los lanzadores. En ese terreno, el Sierra Cazorla fue claramente superior: su dominio sacando el mingo principal de la raya de 10, la coordinación del equipo y la consistencia de jugadores veteranos en equilibrio con los más jóvenes, con dos jugadores de dieciseis años, Javi Agea Poblaciones y Jorge Vázquez Ventaja, marcaron la diferencia. El equipo se ha renovado totalmente en los tres últimos años, y solo permanece un jugador de los que formaron parte del equipo que se impuso en la primera edición, Javi Navarro, que debutó en 2015 con 15 años.
La jornada final en Cazorla fue además una fiesta del bolo andaluz, con la presencia de numerosos aficionados y una organización impecable por parte del Club Sierra Cazorla y la Federación Andaluza de Bolos. La emoción se mantuvo hasta la última tirada, pero la consistencia cazorleña volvió a ser determinante para levantar un nuevo trofeo que amplía una hegemonía ya histórica.