Luis Rubiales se reunió con los clubes de la LNFS. Foto: RFEF.
La actual pretemporada del fútbol sala nacional parece que viene cargada de polémica más allá de fichajes y partidos de preparación. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, se ha propuesto remover la Liga Nacional de Fútbol Sala.
El máximo mandatario del ente federativo español quiere asumir la organización y la gestión de las competiciones de la LNFS y trasladar la sede de la misma a Las Rozas. En una reunión mantenida con los clubes asociados, entre los que se encontraba una representación del Jaén FS, Rubiales ha propuesto a los clubes una cantidad de entre un millón y medio y dos millones de euros por gestionar los derechos de los clubes.
Unos derechos que actualmente gestiona la LNFS, que a su vez los tiene concedidos a Javier Tebas hasta el año 2023 a razón de cinco millones de euros por los cinco años que dura la cesión de los mismos.
Un encuentro que ha motivado la reacción de la LNFS a través de un comunicado en el que carga directamente contra Luis Rubiales, exigiendo «respeto institucional ante este hecho inédito e impropio de una institución como la Real Federación Española de Fútbol.
A continuación reproducimos el contenido íntegro del comunicado emitido por la Liga Nacional de Fútbol Sala:
La Liga Nacional de Fútbol Sala quiere aclarar que su presidente Javier Lozano no ha recibido ningún tipo de comunicación oficial o invitación por parte de la Real Federación Española de Fútbol a la reunión que su presidente Luis Rubiales, convocó de manera unilateral con los clubes asociados.
Ante este hecho inédito e impropio de una institución como la Real Federación Española de Fútbol, la Liga Nacional de Fútbol Sala quiere exigir públicamente a Luis Rubiales el debido respeto institucional hacia la Asociación de Clubes, máxime cuando se está negociando la firma de un nuevo convenio entre la RFEF y LNFS para sustituir al anterior que data de 2013 y en el que se pretenden sentar las bases de un futuro marco de convivencia entre ambas entidades.
Según confirmaron clubes asistentes a dicha reunión a Javier Lozano, durante la misma, Luis Rubiales les ofreció que fuera la RFEF la que gestionase las competiciones de la LNFS (Primera y Segunda División, Copa de España y Supercopa de España), trasladar la estructura de la LNFS a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas y una cantidad económica por los derechos audiovisuales de los clubes. Ante este ofrecimiento sin ningún tipo de base jurídica ni fundamento económico, la Liga Nacional de Fútbol Sala quiere recordarle al presidente de la Real Federación Española de Fútbol los siguientes aspectos:
La LNFS goza de personalidad jurídica propia desde 1989, fecha en la que fue creada la Asociación para unificar el deporte al amparo del Consejo Superior de Deporte, unificando dos competiciones diferentes. En estos 30 años de historia, el Fútbol Sala español se ha convertido en una competición admirada y respetada en todo el mundo.
La LNFS es una organización plenamente democratizada, perfectamente estructurada y sostenible gracias a su presupuesto (2.400.000€) aprobado para la temporada 2019/2020, que goza de liquidez y transparencia y en la que todas las decisiones de carácter estructural han sido aprobadas por unanimidad, respaldando así la gestión del presidente Javier Lozano durante la última década.
La Junta Directiva y la Asamblea de la LNFS son los órganos rectores de la Asociación y cualquier reunión de esta índole en la que se vean comprometidas las competencias propias de la LNFS, supone una falta de lealtad institucional.
Si Luis Rubiales desea ofrecer cualquier tipo de ayuda financiera o subvención económica a la LNFS (como por ejemplo el kilometraje a los clubes que participan en la Copa del Rey, la única competición estatal que a día de hoy organiza la RFEF y cuyos costes son sufragados por los equipos participantes) debería incluirla en la negociación del convenio de coordinación para preservar el necesario ‘status quo’ entre ambas instituciones, que deben trabajar desde el rigor y el respeto evitando situaciones indecorosas como la vivida en esta reunión.
La LNFS, que lleva 30 años organizando la Supercopa de España, Liga en Primera y Segunda División y la Copa de España, paga cada temporada a la RFEF más de un millón de euros en concepto de arbitrajes, sanciones y licencias. Durante todo este tiempo, siempre ha tenido la potestad de negociar los derechos audiovisuales de los clubes con los distintos operadores televisivos. Actualmente, ya tiene adjudicados esos derechos hasta la 2022/2023, tras el acuerdo alcanzado con LaLiga para aumentar la visibilidad de sus torneos con un partido en GOL, otro en la OTT de LaLigaSports y en las diferentes cadenas autonómicas.
Un acuerdo solvente que garantiza la estabilidad económica de la Asociación y su crecimiento mediático y audiovisual y que asegura un excelente retorno económico a los clubes, como se desgrana del informe auditado por la consultora Kantar Media, con una media de 138.404.732€ para los clubes de Primera División y de 6.803.824€ para Segunda División.
Además, cabe recordar que en la pasada Asamblea de Clubes celebrada en el mes de julio, los clubes aprobaron por unanimidad las cuentas de la Asociación que dejaban un reparto de 700.000€ entre los clubes para la campaña 2019/2020, doblando la cifra de la temporada anterior.
La LNFS denunció el pasado mes de junio ante el Consejo Superior de Deportes la reforma de Estatutos de la RFEF, al considerar que los derechos audiovisuales pertenecen a los clubes y no a la RFEF. El CSD todavía no se ha pronunciado sobre la validez de dichos Estatutos.
La LNFS siempre que sea oficial y debidamente requerida dialogará, negociará y defenderá, sin contravenir ningún escenario estatutario o jurídico, los intereses de todos sus clubes para garantizar la estabilidad de la Asociación, que trabaja sin cesar para preservar el bienestar, crecimiento y consolidación de un deporte que a día de hoy registra sus mejores cifras en términos económicos, deportivos y de difusión, y que la próxima temporada afronta nuevos retos desde el rigor y la transparencia.
