
El Granada CF B, en el encuentro de ida disputado en La Victoria. Foto: Juande Ortiz.
Alejandro Copete // @Ale_Copete
Nos habíamos acostumbrado a un filial nazarí que era un cúmulo de jóvenes talentos con ganas de darse a conocer. Y por lo tanto, pelear cada partido para mostrar lo mejor de ti mismo para que se fijen en ti. Y por ende, por esa inercia de ganar partidos, dejar al Granada B en las zonas altas del Grupo IV. Este año, a estas alturas de temporada, está más cerca el descenso (8 puntos) que la pelea por un ascenso (10 puntos) donde también entra en juego el primer equipo. En tierra de nadie, lo esperado tras el cambio de proyecto deportivo en la ciudad de Granada.
Que no sean el filial de otras temporadas no significa que sean ahora más fáciles para los rivales. El Granada “B” por méritos propios se ha hecho un nombre en el bronce y todo apunta a que seguirá siéndolo. Vienen de vencer a un Marbella que ya no saben qué hacer; y esos 3 puntos significaban romper una racha de 4 partidos consecutivos empatando. Además, como local solamente han perdido dos partidos en esta temporada, el último hace justo una vuelta, frente al equipo de la Costa del Sol. Y por supuesto, para eso está, siempre que el primer equipo nazarí lo ha necesitado, ahí estaban sus pupilos: Hongla, Mallé y Angban ya saben lo que es disputar minutos en la élite.
Debido a ello el entrenador Lluís Planagumà siempre tiene que esperar a ver qué es lo que decide hacer Lucas Alcaraz para planificar sus partidos. Por ejemplo, con el defensa Estupiñán, que aunque no ha debutado con el Granada, es habitual en los entrenamientos del primer equipo. Entrenamientos a los que se está sumando el peruano Sergio Peña, que volvía tras su cesión. Ha sido un mercado muy movido en la capital nazarí que ha perdido a un jugador tan clave como Clifford, aunque lamedular sigue fuerte con Sulayman y Navarrete; y que han respondido con jugadores nacionales para compensar el número de nacionalidades diferentes que existían en la entidad granadina. Entre ellos destaca Yeray, mediocentro procedente del Sabadell con experiencia en Segunda División. Bajo el arco está Pol Ballesté, hecho a la categoría y de garantías. El problema sigue siendo la irregularidad de sus delanteros: Matheus aunque lleva 12 goles no marca desde la jornada 24 y Luis Suarez es baja por sanción.
La papeleta del Granada “B” no es solamente evitar el sufrimiento en el Grupo IV. Todo apunta a que si el Granada acaba descendiendo de la Primera División, el peso de reformar al equipo recaerá en el filial. En jugadores cuya media de edad es 20 años puede estar el futuro de la entidad. Ahora que se ha avivado las polémicas por las herencias en nuestra tierra, en Granada pueden encontrarse con una bastante problemática.