José Fernández // @JFolmo86
Una vez asimilado el enorme triunfo del Jaén Paraíso Interior FS en la Copa de España, toca hacer balance de lo que realmente significa este hecho. «No seremos conscientes de lo que hemos conseguido hasta que pasen unos días», se apresuraban a decir los jugadores amarillos. ‘David venció a Goliat’, ‘El milagro de los mileuristas’. Así rezaban los titulares de los grandes diarios nacionales una vez alcanzada la proeza de vencer a un todopoderoso FC Barcelona. Lo que no saben, y ni se imaginan, los hombres y mujeres que vieron alcanzar la gloria a los hombres de Dani Rodríguez es que Jaén es el tercer mundo.
Miles de felicitaciones recibidas para homenajear a un club modesto que ha pasado a la historia del deporte andaluz. Hasta la señora presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, mandó un mensaje de reconocimiento para rendir pleitesía ante la hazaña jiennense. Sus compañeros de profesión, de uno y otro bando, se apresuraban para estar en el momento oportuno y en el sitio correcto para aparecer en la foto de los festejos. Unos con las cheerleaders, otros correteando la pista azul como si fuesen un recogepelotas, a los últimos les faltó meterse en la ducha. Ni tan siquiera una victoria común hizo que unos y otros se pusieran de acuerdo para unificar criterios para ofrecer el trofeo a sus aficionados. Sencillamente incomprensible. Pero es de bien nacidos ser agradecidos y no debemos olvidar que la Diputación Provincial asumió el patrocinio del equipo cuando nadie apostaba por el fútbol sala de Jaén o que el Ayuntamiento de Jaén afrontó la instalación del parquet de La Salobreja. Aún así no es suficiente, y ellos lo saben. Jaén merece un palacio de deportes.
Dicen que la victoria tiene muchos padres y que la derrota es huérfana. No se hace necesario explicar cuál es la victoria. La derrota es el hecho de que Jaén cuenta con unas instalaciones deportivas tercermundistas. Es ahí donde nadie viene para hacerse la foto o nadie pide una credencial para ocupar un puesto de privilegio en la final de un campeonato. Un pabellón de La Salobreja que, por poner un ejemplo, no tiene la oportunidad de que el resto de España vea por televisión el empuje de una afición que cada quince días convierte un recinto deportivo en una auténtica fiesta del fútbol sala, en la que los niños quieren ser mayores para jugar y los mayores quieren ser niños para disfrutar. Por no hablar de otras instalaciones en las que no hay opción a tener una ducha con agua caliente tras un partido.
El deporte no entiende de política pero los políticos están en la obligación de entender el deporte, y sobre todo sus valores. Los mismos valores que cuando tienen un micro delante se encargan de ensalzar pero a la hora de verdad parecen obviar. Los héroes que visten de amarillo han abierto el camino que parecía callado para el deporte jiennense. Ahora les toca a los que toman las decisiones. Es el momento de dejarse de oscuridades, de atravesar cristales para tender manos que ayuden, de trabajar como un equipo al igual que han hecho Emilio Buendía, Prieto, José López, Eloy Rojas, Gonzalo, Solano, Cuco, Chino, Campoy, Víctor Montes, Viedma, Ginés, Carlinhos, Fabián, Borja Blanco, Dani Martín y Juanlu.
Políticos de Jaén y Andalucía, tienen la oportunidad de hablar y sacar a esta provincia del letargo deportivo. Porque ya está bien de ser la fulana de Andalucía de la que nadie se acuerda. Porque ahora están ante una opción única de demostrar que apuestan puesta tierra, no tiren piedras contra su propio tejado. Estamos hartos de sentir el dolor de un territorio que se muere sin alguien que le ofrezca mejorar. Se acabó apagar el brillo de quien tiene por objetivo no dejar de iluminar. Jaén merece y necesita instalaciones deportivas dignas al igual que el resto de sus hermanos andaluces. Porque en este instante y no después ha llegado la hora de que el sueño que ha comenzado el Jaén Paraíso Interior FS no muera en manos de quienes dicen trabajar por Jaén y los jiennenses.