Jesús Zafra // @jeszafra
Minuto 90, Arroyo de la Luz. Todo parece indicar que el Real Jaén va a cosechar el enésimo empate de la temporada. El árbitro señala una falta al borde del área a favor del equipo andaluz y Santi Villa con un lanzamiento exquisito borra las tablas del marcador y nos da a los aficionados el primer alegrón del año.
Y es que la realidad de nuestro Real Jaén no invita demasiado al optimismo. Recordemos que se destituyó a José Jesús Aybar por los malos resultados del equipo en este mes de enero: Aybar fue uno de los grandes artífices del milagro del ascenso hace dos temporadas y esta temporada se confió en el arjonillero para compaginar su anterior labor de director deportivo y la de entrenador.
Entra dentro de lo normal que se sustituya al técnico buscando un cambio de rumbo cuando los resultados no son los esperados, sin embargo el problema llega cuando también es la figura del director deportivo la que se cambia a mitad de temporada, a las puertas del mercado de invierno y sin casi tiempo para reaccionar. Tanto es así que el mercado cerró el pasado 30 de enero con un solo fichaje, un medio creativo.
Todos somos conscientes de la dificultad que entraña fichar en el mercado de invierno, pero no hay que olvidar que este equipo ha sufrido bajas importantes, como la de Urko Arroyo, y si el objetivo sigue siendo el ascenso, parece claro que el equipo necesitaba al menos un par de refuerzos más. Desde el club se argumenta que los jugadores que se intentaron contratar pedían sueldos inasumibles o directamente no querían venir. El Real Jaén, por historia y por afición, está llamado a ser uno de los dominadores en esta 2ª división B. Si los grandes jugadores no quieren venir, es que algo no se está haciendo bien.
Pese a todo, el nuevo entrenador, Rafa Berges, parece que viene con las ideas claras: es el responsable de la contratación del medio creativo, una posición donde la afición demandaba refuerzos y, además, quiere recuperar jugadores que no han ofrecido el rendimiento esperado para la causa del ascenso y mantener viva la competencia en la plantilla. El equipo debe recuperar la confianza perdida y salir a ganar cada partido, sea cual sea el adversario. Es lo mínimo que se le puede exigir a un club de la talla del Real Jaén.
A falta de fichajes, lo único a lo que nos podemos agarrar los aficionados es al nuevo entrenador, a esperar que Berges cambie la dinámica del equipo y exprima al máximo el rendimiento de la plantilla. Por ello, la remontada ante el Arroyo fue para afición y jugadores una inyección de optimismo más que necesaria. Ahora toca ir a La Roda, y después al Carranza. No hay excusas, hay que dar la cara y continuar lo que se ha empezado en Arroyo de la Luz.