Alejandro Copete // @Ale_Copete
En el segundo municipio más poblado de la provincia de Málaga, no suenan las guitarras. Ahora están de moda las Balalaikas. Ni se acompaña las comidas con un buen vino tinto de la tierra, se hace con Vodka. Todo es por la llegada en 2013 de un conglomerado de empresarios rusos que evitaron que el club de fútbol local repitiera la historia de su antepasado, el Atlético Marbella. La fría estepa llegó a la Costa del Sol.
Asegurándose así un bienestar (de momento) económico, el Marbella FC (nombre cambiado por la actual directiva para intentar dar más reconocimiento internacional al equipo) consiguió ser campeón de su grupo de Tercera y regresar a la categoría de bronce. Con de nuevo Jaime Molina de entrenador y manteniendo muchos de los jugadores que formaron el bloque de los campeones de Andalucía Oriental, el club malagueño ha empezado con buen pie esta temporada.
Está invicto en la categoría y en las zonas altas. Esto es posible a lo anteriormente mencionado de jugadores que siguen en esta andadura, como el hombre de la casa Añón; y la llegada de jugadores muy válidos para la Segunda B por su experiencia, como los delanteros Diego Segura (conocido en tierras jiennenses) y Borja Rubiato. Es el Marbella CF un equipo valiente, que le gusta tener la posesión del balón y elaborar jugadas, aunque sus 4 goles en contra demuestran también una gran solidaridad en defensa donde destaca el lateral Gabi Ramos, que lo ha jugado todo.
El presidente de la entidad marbellí, el ruso Alexander Grimberg, parece no tener techo a la hora de marcar objetivos deportivos. Su ilusión por un Marbella FC en la Segunda División del fútbol nacional parece haber contagiado de ese sentimiento a una hinchada que este año se ha volcado con el equipo. De momento la apuesta está siendo acertada, pero este deporte no entiende de lógica y en un instante arriba es abajo y negro es blanco. Casos que ya hemos vivido como Piterman y Ali Syed siempre nos hacen pensar en lo peor, pero en el Marbella FC van partido a partido y, hasta ahora, siempre sumando.