No es el momento. Juan Miguel Hitos salta a escena cuando el equipo está salvado económicamente y tiene al alcance de la mano cuajar una temporada casi histórica en Segunda División. Me parece excesivo hablar de posible desestabilización del club con la aparición del empresario ahora afincado en Sídney, pero es evidente que al Real Jaén no le hacía falta desviar la atención, una vez más, sobre lo institucional.
Terminó definitivamente el periodo de turbulencias. El Ayuntamiento ha dado el Do de pecho, primero, en la mediación en alguna de las quitas más complejas y altas, para salvar el tipo en el proceso de la Ley Concursal y, más tarde, con la intervención decisiva del alcalde para que el Consejo Superior de Deportes aceptara la cesión de uso del Estadio como aval para estabilizar definitivamente las finanzas del club.
Sería interesante que quienes creen que su sola participación en el proyecto ya merece el apoyo incondicional de las administraciones miraran cómo está todo, qué efectos ha tenido la crisis, no sólo entre los ciudadanos de a pie, sino también para las empresas del entorno, pero sobre todo, que analizaran lo que les ha ocurrido a clubes históricos del Fútbol español.
El caso es que normalizado el asunto, Hitos parece agarrarse al argumento de una posible venta del club, algo que, por otro lado, el presidente ya ha desmentido en más de una ocasión y aunque dice no contar con un equipo definido –y de eso, podemos dar buena cuenta quienes tuvimos la ocasión de observar su paso por Jaén de cerca- no descarta la presencia de Juan Carlos Hidalgo o Juan Antonio Mallenco, ambos desechados por Teruel.
Comienza ahora un periodo en el que toca seguir centrados en lo deportivo, aunque de reojo miremos con interés qué nuevo paso da Hitos, tras el contundente rechazo del presidente. Puede ocurrir cualquier cosa, como con una moneda lanzada al aire… en este caso, una moneda de euro.