Alejandro Copete
Hace ya 2 años, toda España era del Mirandés. Su proeza en la Copa del Rey tras eliminar a Villarreal, Racing de Santander y Espanyol (Matagigantes de antaño, de las que ya apenas quedan) acabó en semifinales ante el Athletic de Bilbao. Pero era como si se hubiera ganado, ya que volvió a atraer todas las miradas de los aficionados a aquellas divisiones donde los focos no brillan tanto ni hay tantas estrellas que iluminar. Aquellas divisiones donde solo el trabajo duro y la humildad hacen llegar los éxitos. «Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría». Son palabras del Rey Salomón.
Pero ‘Humildad’ también tiene otro sentido: puede significar pobreza, dejadez, recursos limitados…algo que también encarna el equipo de Miranda del Ebro, ya que la sombra del descenso administrativo le estuvo acompañando todo el verano; y sus presupuestos económicos no son de los más altos de la categoría, por decirlo de alguna manera. Pero no hay dinero que pagara ver el sueño cumplido de los aficionados que llenan los asientos de Anduva: la permanencia en la Segunda División. Y esperan que este año el equipo vuelva a consolidarse.
Sin las tácticas de Carlos Pouso, es Gonzalo Arconada el encargado de llevarlo a cabo. El CD Mirandés ha tenido muchas bajas importantes, como Arroyo o Iribas, pero aun quedan jugadores de aquel bloque que maravilló a todos. La pareja de centrales, los indiscutibles Caneda y Corral, aportarán seriedad al terreno de juego junto a la experiencia del incombustible Txomin Nagore. Tras un inicio fulgurante, el club se encuentra en horas bajas y necesitado de puntos para no acercarse demasiado al fondo de la tabla. La lesión de la que venía siendo el crack del equipo, Ruiz de Galarreta, para toda la temporada no va a ayudar mucho. Las vistas estarán de nuevo en aquel jugador que de la noche a la mañana empezó a salir en todos los informativos: Pablo Infante.
Y es que Pablo Infante es quién encarna, en mi más humilde opinión, el espíritu que rodea al CD Mirandés. Un jugador que solamente tras golear a los grandes nos dimos cuenta que tenía que compaginar sus tareas futbolísticas con un trabajo en un banco. Algo que por lo menos a mí, me hizo recapacitar. El fútbol no es solamente viajes por Europa, fichajes de talonario y anuncios de calzoncillos. El fútbol son también gradas pequeñas, es tener que depender (con suerte) de una radio para saber los resultados de tu equipo y ante todo, mucha humildad. El CD Mirandés es humildad.