La UD San Pedro está a escasos días de confirmar su descenso. Los malagueños, salvo milagro mayúsculo, abandonarán la Tercera División tras ocho años. A falta de nueve puntos por disputarse, se encuentran a ocho de la salvación…si no contamos los posibles descensos por arrastre.
Los malagueños ya han asumido su fracaso tras un año donde de momento nunca han sabido sumar dos victorias consecutivas y su mejor racha ha sido la de cuatro partidos imbatidos.
Hablando de rachas, la casualidad ha querido que ocurra en este partido algo que ya pasó en el antecedente de la primera vuelta: ser el siguiente rival del Real Jaén tras ver rota una racha positiva.
El conjunto rojinegro tuvo que cambiar por segunda vez en esta temporada de entrenador tras la marcha al inicios del 2019 de Jaime Molina atraído por los cantos de sirena del fútbol chino. Manolo Sánchez, antes ligado a las categorías juveniles del Málaga CF fue el nuevo elegido para cambiar el rumbo de una nave que se hundía y que todo apunta a que lo hará.
Ser el tercer equipo menos goleador y el cuarto más goleado del Grupo IX tampoco ayuda a evitar el naufragio. Con el nuevo míster el mayor hito ha sido igualar en su etapa las mismas victorias (cinco) que llevaba la U.D San Pedro en toda esta campaña.
Al final ha pesado una planificación casi de economía de guerra y apostando mucho por jugadores de la comarca. También la baja prolongada de Cintrano, su referente arriba en la pasada temporada, ha sido un hándicap para la entidad malagueña.
Para intentar revertir la situación en el mercado de invierno llegaron desde la vecina Marbella el delantero Luisma y el defensa Enríquez. La presencia en el césped de jugadores ya consolidados en el bloque como el lateral Faucho o el mediocentro Olmo, pichichi con nueve tantos; no ha sido suficiente pese a sus intentos de hacer una mejor campaña.
Tras dos derrotas consecutivas, la U.D San Pedro querrá al menos morir con las botas puestas y pillar desprevenido a un conjunto lagarto que tiene como meta asegurar el primer puesto de la tabla. Puede ser una tarde trágica para los locales y al mismo tiempo maravillosa para los visitantes. Es la ironía y las contradicciones que a veces muestra este deporte.