Fran Merino // @FranJMerino
Empezó la temporada como gran favorito del grupo IV junto al Cadiz más jienense de los últimos tiempos. Los motivos eran varios, sus jugadores, muchos habían jugado en Segunda División y tenían experiencia, acababan de descender, que eso siempre es un plus para los equipos, tenían el segundo mayor presupuesto de la categoría para fichar, tan solo detrás del Cádiz, precisamente, y lo que es más importante, su presidente Rafael Teruel, se encargó de vender la moto o lo que es lo mismo, el abono del ascenso con su vídeo para captar socios en la segunda vuelta con el eslogan ‘Yo fiché por un ascenso’.
Ese eslogan se atraganta desde el principio de año con Aybar y más aún con la llegada de Berges. La razón es obvia, el cambio en la política de fichajes de este año se salía del camino de los últimos tiempos que tan buenos resultados dio a los blancos con las adquisiciones de jugadores de la tierra que sentían la camiseta, los colores y la pasión. De esto, se ha pasado al eslogan ‘Yo fiché por el dinero’. Algo que este fin de semana se ha culminado cuando los pocos aficionados que se desplazaron al estadio de La Victoria gritaron tras una derrota más en casa: “Esta camiseta, no os la merecéis”. Y no es poco, después de la falta de profesionalidad de más de uno, con salidas nocturnas e incidentes varios a lo largo de la temporada. Tan solo se salvan los de siempre, un tal Óscar Quesada, Nando y Santi Villa, este último que además ha sido el mejor del año.
Otra cosa clara que no ha sido buena para la afición, ha sido esta directiva. La creadora de los spots, abonos y demás genialidades sin ningún cariño hacia el socio. Como lo fue ese abono de oro, que se compraba por impulso debido a la euforia de la afición a principio de campaña. Sin embargo, los jugadores, sus entrenadores y demás, se han encargado de dejar a esos creyentes sin Copa del Rey a primeras de cambio, sin Copa Federación por decisión del club y la última, sin playoffs de promoción. No creáis que se compensó a estos pequeños inocentes, si no que se perjudicó al resto de abonados, creando el día del club, que les hacía pagar la entrada completa para ver las exhibiciones de su equipo, nótese la ironía. Eso sí, los abonados de oro no pagaban. Genialidades.
Y la última y la mejor, fue al comienzo, el abono del ascenso que se vendió, pero lo que no dijeron es que para ascender hace falta fútbol. El equipo cambio de entrenador tras tres años con Manolo Herrero y su estilo de fútbol de toque. Se le dio la posición a José Jesús Aybar, gran director deportivo, dudoso entrenador, que nos presentó un equipo con un central en el mediocampo que no da ni dos pases (donde teníamos a Juanma Espinosa), no generaban ocasiones y las pocas victorias obtenidas, venían de un Álvaro Montero que duró media campaña. Aun así, Aybar dejó una gran imagen comparada con la que nos ha traído Berges, hay que ser justos. Los números totales del conjunto blanco nos deja la esperpéntica cifra de 16 empates, solo por detrás del farolillo rojo y lo que es más asombroso, 7 victorias en casa en todo el año de 19 posibles, tan solo 2 en 2015. Números más dignos de un equipo luchando por la permanencia que de un candidato al ascenso, por eso, ‘el abono de la permanencia’.