Alejandro Copete // @Ale_Copete
La SD Eibar partía con la idea de sufrir este año. Al igual que el Real Jaén, con quien se enfrentó en el primer partido de la temporada. En ese partido, el gato al agua se lo llevó el equipo armero. Desde entonces, su progresión se puede calificar de insólita. Un trabajo bien hecho por parte de Garitano y sus pupilos, pero que ahora toca refrendar. Decíamos que su objetivo era la permanencia. Y lo sigue siendo. Pero se contempla diferente cuando llevas 32 puntos.
El club vasco llega a la segunda vuelta en tercera posición. Algo que muy pocos esperaban, tanto de fuera como dentro del seno del club. Para un equipo recién ascendido a la Segunda División de nuestro fútbol, llegar a estas alturas con la mitad de los deberes hechos es un logro excepcional. Sobre todo para un equipo que quiere consolidarse en una categoría donde, aunque no es el que más temporadas ha estado, si se siente cómodo en ella.
Contando con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, la fortaleza del Eibar radica en su defensa. Como siempre lo ha sido y forma parte de sus 75 años de historia: Ipurua como un fortín y correoso cuando participa en batallas fuera de su hogar. Mucha culpa de ello tiene el guardameta Irureta y una defensa donde destaca el sevillano Raúl Navas y el vasco Yuri, inamovibles del once siempre que es posible. Arriba han dado la sorpresa el joven mediapunta Jota Peleteiro, de la cantera del Celta de Vigo y José Luis Morales, que es capaz de alternar la banda izquierda con el puesto de punta, lugar que ocupa la mayoría de las veces Mikel Arruabarrena, un ejemplo claro de típico “9” que se forman en las escuelas de fútbol vascas, donde este deporte se contempla y se siente de una manera muy diferente al sur.
Seguramente muchos aficionados, jugadores y directivos, tras el parón navideño disfrutando la envidiable posición que ocupan, estén soñando con cotas más altas para el SD Eibar, con un mundo maravilloso que para ellos es totalmente desconocido, incluso para los más mayores. Pero el equipo armero no puede permitirse el lujo de dormirse en los laureles, ya que su colchón es de 7 puntos. Cielo e Infierno están muy cerca en esta Segunda División, y las evaluaciones finales no se dan hasta que acabes con todos los deberes.